31.12.11

el día del mapa de Islandia

Queda poco de contar de mi último día en Islandia. Sólo una anécdota: en sentido inverso de lo que realizan la mayoría de turistas (hay quienes incluso realizan visitas relámpago a la capital para sumergirse en las aguas geotermales del Blue Lagoon), durante mis últimas horas decido hacer una ojeada a las instalaciones de este spa situado a unos 5 km de Grindavík; de hecho del pueblo marinero sale una carretera directa, aunque si vienes del aeropuerto de Keflavík y te desvías por la 43, tarde o temprano encontrarás un desvío a la derecha que te llevará también allí.
Este spa, sin haber entrado en su interior ni probar su aguas (encontrarás un sinfín de imágenes en internet o la propia web del centro) aprovecha las aguas sulfurosas de una central geotérmica vecina, para ofrecer una experiencia balsámico en un entorno privilegiado. Dispone de un gran aparcamiento lo que confirma sin lugar a dudas que se encuentra entre los destinos turísticos preferidos del turismo local y el de fuera.

Poco después me dirijo a retomar la 41, esa autovía que une el aeropuerto con la capital. Hace viento, ¡pero lo tengo a favor!. Cerca de la antigua base militar americana de Keflavík, encuentro alguna iglesia evangélica, que demuestran que alguno de los marines enraizó debidamente en la isla. También aprovecho para ver los complejos urbanísticos que se crearon al lado de la base, para hospedar a las familias de los marines. La viva imagen de vivir un tanto hacinado allí donde los límites del servicio profesional se confunden con la vida privada. También encuentro cerca de allí un coche devallestado en un pedestal perfectamente visible desde la calzada de la 41 (parece ser que los islandeses gustan de estas imágenes macabras para alertar a sus conciudadanos del peligro de ir al volante) y a pocos metros una parada-servicio con el mapa de toda Islandia, orientada para el recién llegado (normalmente las que encuentras a lo largo de la isla son regionales) en las que muy satisfecho me hago mi última foto, símbolo del esfuerzo de estas tres semanas.

En la agenda, mis últimas palabras:
"Siempre me exijo demasiado en la isla secreta. Han sido tres semanas, donde aparte de pedalear, quizá haya disfrutado más de ese vínculo tan fuerte con la naturaleza que te depara esta isla. Es el hecho de poder despertarse en lugares remotos, escuchar el silencio, dormir entre ovejas, caballos, y sobretodo, cantos de pájaros.
Durante estos días ha habido momentos de cansancio, momentos en los que no he prestado suficiente atención al paisaje que me rodeaba. Días, o mejor medias jornadas, donde me hubiera gustado descansar (sin pedales). Pero cuando uno viaja en tienda no siempre consigue poder pasar tranquilamente una tarde en la isla sin pasar frío. Sabía que tres semanas podían resultar demasiado tiempo en el plan que iba, pero creo que esta vez me he alimentado bien (n.a. en comparación con el 2007)... Quizá los momentos o lugares que me han impactado más han sido: Snaefellness (magnetismo desbordante), Bildudalur-Selardalur (querer y no poder), Dynjandi (una cascada lejos de la influencia turística), Isafjórdur (tocando el círculo polar), Breivsdavík (la bahía polar), Dettifoss (imprescindible), la reserva natural vía Askja, Oxnadúlur (el día de coche compartido con Mathildur), la acampada entre los dos glaciares -Hofsjökull y Langjökull- de la ruta 35 (sin escapatoria), las lágrimas bajando hacia Gullfoss, redescubrir el sur de Grindavík, y saber del nacimiento de las hijas de Anna entre glaciares...
El tiempo dirá si vuelvo o no. Me siento satisfecho. TAKK".

Quedan horas para el fin de año y para el segundo aniversario de este blog (lo inicié el 1 de enero del 2010). Mis últimas reflexiones llegarán próximamente.

¡A todos/as mucha fuerza para el 2012!

ps (I): preciosa foto aérea de la zona donde desemboca el río Pjórsá

ps (II): mi torso magro la mañana siguiente ya en casa (o las contrapartidas físicas de un viaje algo silvestre)

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