20.7.11

Akureyri: en son de paz

Akureyri probablemente sea la segunda ciudad en tamaño e importancia en la isla atlántica. Una ciudad pequeña o pueblo grande, como se prefiera, situada en un enclave atractivo. En las entrañas del fiordo Eyjafjördur y a pies de las colinas de Glerárdalur y del pico Kerling (1.538 m), Akureyri viene a ser la ciudad multideportiva del país, allí donde poder practicar ski, senderismo, btt y golf. Respira, pues, una mezcla de aires de media montaña y de ciudad con cierto tejido industrial. Poco aire porteño, en cualquier caso. Aparte es un lugar de paso obligado para aquellos que bordeando de ring se quieren acercar a Myvatn y alrededores desde la capital en dirección norte. De hecho por sus arterías principales se ve cierto ajetreo motorizado.
Mathildur me deja al anochecer a las puertas del camping de la localidad situado en pleno centro. Allí aprovecho para lavar la ropa gracias al servicio de máquinas de alquiler y planto la tienda con la sensación de haber roto de un plumazo (con el trayecto de más de 400 km realizado en coche) todo mi idilio con los fiordos occidentales. Han sido 5 días en esa parte recóndita de Islandia que han dejado huella.
Aparte me asoma a la cabeza un nuevo envite: el haber ganado 2-3 días al reloj me permite afrontar nuevas rutas aún no programadas. De hecho en la ruta inicial estaba previsto hacer toda la parte transitable de los fiordos y volver por la ruta 35, que se coge a unos 28 km de Blönduós, una localidad que sea dicho dejé atrás esa misma tarde. Por lo tanto, se abren nuevas posibilidades como visitar más y mejor la zona de Myvatn, por la cual pasé ya en el 2007, o explorar más la ruta hacia el Askja que se inicia justo en el cruce de la carretera que da imagen a este blog, o incluso perderme por la zona de Húsavík, conocida por su bahía donde divisar ballenas.
Dejo las decisiones para la mañana siguiente, ya que aún debo pasar por el ciclista. Si no recuerdo mal, ese es su nombre y dirección: Sportver, Glerargotu 28, 600 Akureyri. Se encuentra a unos 3,5 km del camping, perdido en un polígono industrial. Allí, me encuentro con un mecánico que para examinar mi rueda se pone unos guantes blancos, y aquí "se me caen" literalmente al suelo. Con ese detalle ya me percato que por aquí tocan pocas bicicletas y como mucho se apresuran a venderlas. Su padre, algo más experimentado, pero que no habla nada de inglés me sirve de poca ayuda. Ante la desconfianza que me invade acabo comprando una rueda nueva de la marca Alexrims PC19, que pesan seguramente de 500 a 800 gr más que la rueda Mavic que llevaba. Por suerte en el 2009, la krona estaba castigada por la recesión y por el equivalente a unos 50 euros tengo rueda trasera nueva.
También intento infructuosamente que me venda la única herramienta que tiene en el taller para sacar las coronas de la rueda trasera, por si con el gafe, me vuelve a ocurrir por tercera vez la misma averís. Me dice que este tipo de material sólo está en venta en las tiendas ciclistas de la capital, y me quedo con las ganas.
Antes de emprender la marcha hacia el centro para visitar brevemente las calles más turísticas de Akureyri, con cafés, tiendas de ropa y alguna que otra librería, monto la llanta antigua en la parte trasera encima de las alforjas. A día de hoy, y pasados casi dos años, aún conservo esta rueda Mavic en casa. La ajusté hará unos meses con nuevos radios y si no recuerdo mal ya la he usado alguna vez para hacer btt. Eso es lo bueno de no desperdiciar el material a las primeras de cambio.

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